El apego emocional coloquialmente se entiende como aquel vínculo que genera un sufrimiento dentro de una relación. Realmente eso no es del todo cierto, a continuación, te explicamos en qué consiste el apego emocional y cuáles son sus “trampas”.

Vivimos en una sociedad consumista donde se nos hace pensar que las cosas materiales nos darán la felicidad. Pero lejos de la realidad, este apego a lo material es uno de los principales motivos de sufrimiento.

Pero, ¿qué es el apego?

Es un vínculo obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas:

Que es permanente

Que nos va a hacer felices

Que nos va a dar seguridad total

Que dará sentido a nuestra vida 

Se dice que estamos en apego cuando la necesidad por tener algo se convierte en un imprescindible.

Parémonos a pensar… Cuando deseamos algo, antes de ni siquiera haberlo comprado nuestro cuerpo y nuestra mente ya genera un sufrimiento por el hecho de no poder tenerlo, por el deseo de quererlo. Una vez tengamos ese objeto, esa felicidad puntual que se genera en el momento de comprarlo, se transforma en sufrimiento por miedo a perderlo, ya que cuando el objeto desaparece la mente sufre un gran dolor.

Las distintas formas de apegarse a los objetos, como la vinculación emocional, los apegos al pasado o el miedo a la escasez, además, nos dificulta el poder deshacernos de ellos con facilidad. “Me lo regalaron”, “es que me costó mucho dinero”, “a lo mejor algún día lo necesito” … son algunas de las muchas frases que nos decimos cuando pensamos en si deshacernos de ese objeto.  Ante esto, aparecen distintos sentimientos, el ego y los miedos hablan y el objeto se queda…

Significado de apego emocional

A la hora de explicar en qué consiste el apego emocional es interesante dejar claras varias ideas que se recogen a continuación.

El apego tiene que ver con el vínculo que establecemos unas personas con otras. Este apego no tiene que ver sólo con las relaciones que tenemos en nuestro ahora si no que, esta manera de vincularnos, tiene su origen en los primeros años de vida y con las primeras personas que conocemos, nuestros progenitores. 

Este vínculo de apego emocional es de suma importancia ya que a través de él se modela la forma de relacionarnos con nosotras mismas y con el mundo que nos rodea. 

El apego es el lazo afectivo primario. No podemos elegir tenerlo o no tenerlo. Lo necesitamos para nuestra evolución y para nuestra supervivencia. Este apego tiene una consecuencia directa sobre la manera en la que nos relacionamos y aporta mucha información de cómo somos. 

Apego emocional vs dependencia emocional

Entender esta diferencia es clave para interpretar este concepto de apego. 

Nos podemos encontrar que en ocasiones se ha utilizado el término apego emocional para hablar realmente de la dependencia emocional. 

Entonces… ¿el apego es positivo? ¿no se debe eliminar? El apego emocional es necesario, suma y permite crear nuestros vínculos. La dependencia emocional es lo que genera sufrimiento a la persona que la padece. 

Se entiende muchas veces por apego emocional todas aquellas actitudes que la persona tiene de dependencia dentro del vínculo. Por ejemplo, la persona intentar estar siempre disponible para los demás, demanda mucha atención, no se establecen límites…

Cómo el apego emocional genera sufrimiento

Es posible que las personas con un apego emocional más ansioso caigan en la trampa de la dependencia emocional y por tanto esto les genere mucho malestar en sus relaciones. Cuando esto ocurre se dan las siguientes señales:

“No soy merecedora”

“No merezco que me quieran”. Sentir que no eres merecedora de que te quieran o de ese amor. Se puede sentir que una misma es la culpable de las actitudes de la otra persona ya que no existe la creencia de que merecemos un amor sin sufrimiento, mito que el amor romántico mantiene. 

Poner por delante las necesidades de los demás

La idealización de la otra persona hace que no se tengan en cuenta las necesidades propias. Qué siento, qué quiero y qué necesito. Sin conocer estas respuestas es posible que se mantengan conductas inapropiadas dentro de la relación por no pensar en una misma. 

Tu felicidad depende de ese vínculo

No pensar en una misma puede llevar a la creencia de pensar que sin esa relación se será incapaz de lograr estar bien. 

Ansiedad

Tu cuerpo y tu sistema emocional reaccionan de esta manera ya que consideran que constantemente el vínculo está en peligro. Esto genera muchísimo sufrimiento a la persona ya que se encuentra en un estado de alerta permanente. 

Baja autoestima

El amor propio pasa a un segundo o tercer plano por lo que la autoestima cae en picado. Existe la incapacidad de poner límites, de mirar por una misma y de darse lo que realmente necesita. Los pensamientos que tenemos también se ven afectados generando así un nivel de malestar mayor. 

Cómo eliminar el apego emocional

Si has llegado hasta aquí ya te habrás dado cuenta de que el apego emocional no se puede eliminar. Practicar la cultura del desapego en este caso no es posible. Necesitamos el apego emocional. 

¿Entonces por qué sufro tanto en mis relaciones? Si lo que queremos es eliminar el malestar que nos genera la dependencia emocional lo que deberemos es trabajar en el vínculo. Tratar de relacionarnos desde un apego emocional más seguro y no desde un apego emocional ansioso. 

El vínculo de apego emocional tiene la función de generar seguridad, tranquilidad y calma. Si sientes todo lo contrario en tu relación sigue leyendo y te mostramos cómo poder gestionarlo.

Es posible que las personas con un apego más ansioso caigan en la trampa de la dependencia emocional y por tanto esto les genere mucho malestar en sus relaciones.

Cómo superar el apego emocional

No se puede superar el apego emocional. Ese no es el objetivo. El apego emocional se puede aprender a gestionar sobre todo cuando este genera un malestar muy grande a la persona.

Trabajar en nuestro vínculo de apego se basa en obtener y poner en práctica las herramientas para poder relacionarse de una forma más segura. 

Algunos puntos a tener en cuenta para ello se recogen a continuación:

Autoregulacion emocional

La capacidad para la gestión emocional es muy importante para entender nuestro apego . Las emociones tienen la función de guiarnos y si no logramos relacionarnos con ellas de una forma adecuada pueden desbordarnos. Por ejemplo, si en mi relación estoy sintiendo tristeza y no la reconozco puede que se actué en función de las necesidades de la otra persona y no de las mías.

Límites

Poner límites es una forma de cuidarnos. Si no ponemos límites podemos pasar por no tenernos en cuenta, no actuar conforme nuestros valores o no ir a favor de nuestro amor propio. Cuando esto ocurre se genera mucho malestar. Decir no y priorizarnos puede ser incómodo al principio, pero cuando se hace se logra el lugar que se merece.

Autoestima

Trabajar en el amor propio siempre será una buena idea. Poder prestarte atención y atenderte será un camino a emprender y no dejar. El apego ligado a la dependencia hacia los demás nubla este factor ya que no nos consideramos la persona más importante de nuestras vidas. Reparar esta forma de relacionarnos pasa por dedicarnos el espacio suficiente desde el autocuidado.

EMPEZAR A SOLTAR

Para empezar a liberarnos de los apegos lo primero que debemos hacer es tener voluntad, decisión y ser conscientes de que todo es temporal y que muchas de las cosas que tenemos no las necesitamos. Que si algo desaparece puedo ser feliz igualmente.

Esto nos llevará tiempo y práctica.

Comienza deshaciéndote (donar, tirar o vender) de los objetos que no usas, no te gustan, están rotos o no tienen utilidad.

Localiza aquellos objetos a los que estés aferrado, aquellos que sientas que si los perdieses lo pasarías mal. Valora del 0 al 10 qué importancia tiene en tu vida y piensa que tarde o temprano desaparecerán. Disfruta de su uso, no de su posesión.

Si algo no te sirve, pero tiene un valor sentimental para ti, puedes hacerle una foto y guardarlo en una carpeta en tu ordenador que se llame recuerdos o algo similar y cuando quieras evocar ese recuerdo puedes mirar la foto.

Ponte alguna norma estricta para comprar cosas nuevas.

Por ejemplo, si entra algo nuevo tienen que salir dos. De esta manera, se pone freno en el consumo impulsivo y la tendencia a acumular.

A la hora de adquirir algo nuevo, párate a pensar del 0 a al 10 cuanto lo necesitas. Si no pasa de 7 es que no lo necesitas. Además, aplazando las decisiones de compra unos días también evitarás las compras impulsivas y distinguirás lo necesario de lo superfluo

Haz una lista con las compras más caras de los últimos años (la casa, el coche…) y otra con las cosas que más valor hayan aportado a tu vida (una puesta de sol, una reunión con amigos…). ¿Verás que entre esas dos listas no hay ningún elemento común, es así?

Además, cuando ordenes te puedes preguntar ¿Realmente lo necesito? ¿Qué sentido tiene que guarde esto? ¿Qué significa para mí? ¿Tenerlo cerca me deja avanzar? Porque cuando estamos ordenando, lo que realmente estamos haciendo es pedirnos permiso para cerrar cosas del pasado, para aceptar que eso dejó de ser útil pero aun así lo queremos «conservar».

A medida que vayamos entrenando el desapego sentiremos una sensación de libertad interior, de paz y de serenidad.