Glucomanano: Habitualmente podemos leer que el glucomanano es el «único complemento probado que ayuda a adelgazar». Esta afirmación es correcta, pero hay que entender por qué. Efectivamente, el glucomanano puede facilitar el control de la cantidad de comida que ingerimos y, con ella, las calorías diarias. Eso no quita que sea necesario tener en cuenta algunas consideraciones importantes. 

Qué es y qué no es el glucomanano

El glucomanano está catalogado como complemento alimenticio según la Unión Europea, es decir, no es un alimento ni tampoco un medicamento. En realidad, el glucomanano es una fibra altamente hidratable. Esto quiere decir que es una sustancia que, cuando le administramos agua, se hincha rápidamente y crece, creando una pasta viscosa que ocupa mucho más de su volumen original.

En concreto, el glucomanano posee un peso molecular y una viscosidad más elevados que cualquier fibra conocida. Como otras fibras, el glucomanano no es digerible y pasa por nuestro sistema digestivo sin pena ni gloria, suavemente, arrastrando parte del contenido deglutido. Este es un polisacárido muy largo con unidades de D-manosa y D-glucosa 1.6:12​, y con ramificaciones cada 50 o 60 unidades, aproximadamente. Por su configuración molecular, nuestras enzimas no pueden atacar al glucomanano, razón por la que no es nutritivo (o no tiene biodisponibilidad).

Además, a nivel comercial, el glucomanano se usa de diferente manera. La forma más popular, probablemente, es la pasta. La pasta de glucomanano, también conocida como konjac, por la planta de origen, es, en términos nutricionales, muy pobre. Esta aporta unas 20 Kcal, o menos, por ración (dependiendo del fabricante), lo que representa menos de un 10% del aporte calórico de una pasta tradicional.

Cómo se usa el glucomanano

El uso del glucomanano difiere según el formato en el que lo consumamos. Si es en pasta, como decíamos, solo hay que cocinarla de una manera muy similar a como se cocina la tradicional. En el caso de tomar pastillas, se suele aconsejar la ingesta de entre 2 y 3 gramos al día, media hora antes de la comida, con agua.

La fibra se hinchará hidratándose y generando una sensación de saciedad. Esta fibra se convierte en una pasta viscosa en el estómago, mezclada con la comida. De esta manera, ayuda al tránsito intestinal, como otras fibras hidrosolubles. Según varios estudios, el glucomanano puede ayudar a reducir el estreñimiento, favorece el control glucémico y tiene efectos probióticos. Sin embargo, la cualidad más apreciada de este polisacárido, sin duda, es la saciante.

Esta última es a la que se le debe la fama como sustancia efectiva para adelgazar. Existen estudios que indican que el glucomanano ayuda en los planes de control de peso, aunque hay que incidir que eso se debe a su origen como fibra, y no por ninguna acción metabólica directa: sencillamente, sacia pero no contiene kilocalorías que podamos asimilar. Esto también tiene su lado negativo.

Los efectos negativos del glucomanano

En principio, el glucomanano es inocuo. Sin embargo, podemos encontrar algunas situaciones potencialmente peligrosas. La primera de ellas está relacionada con su gran capacidad para absorber agua. El glucomanano fue prohibido en 2003 como gelatina culinaria en confitería debido al peligro que supone para niños, pacientes con problemas esofágicos y personas mayores. Este peligro se debe, básicamente, a que puede provocar la asfixia por obstrucción de las vías respiratorias altas.

Efectos fisiológicos

La elevada capacidad de absorción de agua que posee el glucomanano hace que en el estómago se hinche, proporcionando sensación de saciedad, y debido a su capacidad de aumentar la viscosidad del contenido gastrointestinal retrasa el vaciado gástrico, prolongando así el efecto de plenitud.Dadas estas acciones, que contribuyen a reducir el apetito, muchos autores recomiendan el consumo de entre 2 y 3 gramos diarios de esta fibra como coadyuvante en regímenes de adelgazamiento

Otro efecto terapéutico que se consigue con la ingestión de glucomanano es la mejoría de los cuadros clínicos de estreñimiento crónico, habiéndose utilizado, en estos trabajos, 3-4 gramos diarios de fibra durante el tiempo de duración del estudio, que varió entre 10 días y 3 meses. Todos los autores coinciden en aconsejar su uso al paciente estreñido, ya que el consumo de esta fibra contribuye a normalizar el ritmo de evacuación intestinal y favorece la producción de heces blandas y voluminosas.

Estos efectos se deben a que el glucomanano incrementa el volumen de las heces, principalmente a expensas del aumento de la masa bacteriana que se produce en el colon.

Aunque el glucomanano no se hidroliza por las enzimas del tracto gastrointestinal humano, sí es desdoblado en el colon por las enzimas bacterianas. Éstas degradan el glucomanano mediante fermentación anaerobia, dando lugar a la formación de gases y ácidos grasos de cadena corta: acético, propiónico y butírico.

Esta fibra también se emplea en el manejo dietético de la diabetes. Hace ya más de dos décadas, Doi y cols.31-32 señalaron que la adición de glucomanano a la dieta reduce la glucemia y la insulinemia posprandiales en individuos sanos y en pacientes diabéticos, hecho que se ha demostrado en numerosos estudios realizados con posterioridad, tanto en el hombre como en los animales. Así, la ingestión de 4,8 gramos diarios de glucomanano disminuía la glucemia posprandial entre un 13% y un 16% en 24 individuos sanos.

Por otro lado, también se comprobó que había un descenso significativo en las concentraciones de glucosa posprandial (6,5%) cuando se administraron desayunos test, ricos en hidratos de carbono, junto con 1,7 gramos de glucomanano a 24 diabéticos tipo 234. Recientemente, se han detectado descensos del 11% en la glucemia basal en 11 diabéticos tipo 2 que recibieron 10,5 gramos diarios de glucomanano durante 3 semanas.

En relación con los trabajos llevados a cabo en animales, tras suplementar, durante 12 semanas, la dieta de 9 mandriles con un 5% diario de glucomanano, se observó que disminuía significativamente la insulina plasmática y que se normalizaba el perfil de la curva de glucemia. Además, con la administración de 12,6 gramos diarios de glucomanano a 8 mandriles, se detectaron descensos del 13,5% en la glucemia basal 9 semanas después del inicio del ensayo, comprobándose también que se normalizaba el perfil de la curva de glucemia al igual que ocurría en el trabajo anterior

El mecanismo por el que se produce este efecto se debe a que el glucomanano incrementa la viscosidad del contenido del tracto gastrointestinal, lo que, a nivel del estómago, retrasa el vaciado gástrico a nivel del intestino, reduce la velocidad de absorción de nutrientes, al constituir una barrera que los protege de la acción de las enzimas y que dificulta su acceso a la mucosa intestinal

Hay que tener en cuenta que la capacidad del glucomanano para reducir los niveles sanguíneos de glucosa e insulina se relaciona con la viscosidad de las soluciones que forma. Así, una solución de 195.000 cps produjo descensos significativamente mayores que otra de menor viscosidad (55.000 cps), siendo la cantidad administrada la misma: 3,9 gramos de fibra junto con una comida.

El glucomanano también tiene aplicación como complemento de dietas cuyo objetivo sea reducir el exceso de lípidos en la sangre. Así, el colesterol total disminuía un 11,2%, tras la administración de glucomanano (3,6 gramos diarios durante 20 días), a 13 individuos31. De forma similar, se han detectado descensos del 11% en el colesterol total y del 12% en la fracción LDL, en 20 mujeres que habían recibido 3 gramos diarios de glucomanano durante 8 semanas.

También se ha demostrado que la ingestión diaria de 4,5 gramos de glucomanano, durante 4 semanas, reducía en un 20% la concentración de colesterol LDL en 18 individuos hipercolesterolémicos.

 En otro trabajo, se comprobó, en 31 individuos, que con el consumo de 3 gramos de glucomanano diarios durante 4 semanas, el colesterol total disminuía entre un 10 y un 13%. Igualmente, se ha señalado que, tras 2 meses de tratamiento con 3 gramos diarios de glucomanano, el colesterol total descendía un 10%, siendo la reducción del 14% si el tratamiento se prolongaba 2 meses.

Asimismo, se ha determinado que la suplementación de la dieta de 63 hombres (normo e hipercolesterolémicos), durante un mes con 3,9 gramos diarios de glucomanano, reducía el colesterol total un 10% y la fracción LDL un 7%45. Finalmente, tras administrar a 11 diabéticos 10,5 gramos diarios de glucomanano durante 3 semanas, se encontraron descensos del 16% en el colesterol total y del 25% en la fracción LDL35.