Nuestra piel está expuesta con gran frecuencia a ser agredida por factores causantes de daños, así como también por la falta del cuidado apropiado. Una piel que no es atendida de forma correcta, suele a ser afectada por muchos factores que inciden en la pérdida de su brillo, salud y estética.

Si ha observado que su piel está sufriendo por la constante aparición de raspones, manchas y resequedad, entonces le invitamos a que considere de manera rápida, cada uno de los pasos y recomendaciones que le presentamos a continuación; y si no, sencillamente tómelo para prevenir posibles daños.

Si está en el caso en que sus codos están muy oscuros y ásperos, le recomendamos que opte por baños de aceite que ¡son excelentes! Empiece a remojar los codos en agua tibia, junto con un gel de baño que contenga propiedades hidratantes; sólo déjelo actuar por unos cuantos minutos, enjuague y déjelos secar.

Posteriormente, introdúzcalos en un recipiente que contenga aceite de almendras caliente, pero sin que se queme, y finalmente, frótelos suavemente con una piedra pómez. En caso de querer evitar los raspones, es importante que haga mucho énfasis en ellos al momento de bañarse, iniciando por la parte más puntiaguda y de ahí hacia el resto del brazo.

Sin embargo, de por sí los codos, al igual que las rodillas, con frecuencia se estiran y se flexionan, por lo que la piel de dichas zonas tiende a resecarse y arrugarse con mayor facilidad. Para mantener estas zonas del cuerpo suaves, se recomienda que los exfolie por lo menos dos veces a la semana. Aproveche el momento del baño para así aplicarse un gel o una crema con propiedades exfoliantes, y de esta simple manera, ir trabajando la piel.

En el caso de las rodillas, los efectos por la falta de ejercicios y por el abuso del sol son más resentidos por ellas, porque, aunque no lo crea, es una zona muy sensible, y se nota a simple vista cuando no están en perfectas condiciones. Para mejorar su aspecto, aproveche el baño y suavice lentamente la zona aplicando masajes circulares en ella; puede apoyarse con una esponja y una crema reafirmante.

Igual pasa con los talones, con mucha facilidad se resecan y se llenan de callosidades, mostrando un aspecto acartonado, poco saludable y nada estético. La acumulación de células muertas en ellos, logra formar una capa gruesa y dura que los agrieta e irrita, ocasionándole a usted serios problemas hasta para caminar. Sin embargo, es recomendable no cortar los callos ni frotarlos demasiado con limas o sustancias agresivas que podrían perjudicar la situación. Lo mejor es que sumerja los pies en agua tibia, con un poco de bicarbonato de sodio o sal de grano, exfoliarlos, enjuagarlos y secarlos bien. Puede apoyarse utilizando una piedra pómez sin tallarlos demasiados.

¡Debe cuidar religiosamente su piel! Manténgala siempre sana, suave y sin aspecto de resequedad. Será libre de cualquier crítica y malestar.

ALFA