Todo sobre el Tamarindo:El tamarindo es el fruto del árbol que se conoce por el mismo nombre. Es de origen africano y es muy utilizado en la gastronomía, así como también para fines medicinales. El nombre científico de este árbol es Tamarindus indica y pertenece a la familia de las leguminosas. Se trata de un árbol de tronco alto y madera dura con una copa poco frondosa. Sus hojas tienen un tamaño pequeño de forma ovalada. 

Todo sobre el Tamarindo

En cuanto a su fruto, también conocido como el “dátil de la India”, es de vainas alargadas y bastante duras, y posee una forma un poco curva, como media luna. Son de aproximadamente unos 10 cm de largo, y la pulpa en su interior, si bien no es de gran cantidad, es muy densa. Esa pulpa es la parte comestible, como también la parte que se utiliza para la medicina. Está pegada a un hueso que se asemeja al de las aceitunas o cerezas. A su vez, en el interior de la vaina se forman unos pequeños hilos que rodean a esos pequeños huesos y se pegan a la pulpa. Estos hilos deben ser previamente retirados para poder consumir correctamente el tamarindo.

La pulpa del tamarindo es muy densa y de un color marrón intenso y oscuro. Su sabor es agridulce y puede variar según el estado de madurez que tenga el tamarindo. Si está un poco verde, aún en proceso de maduración, se obtendrá un tamarindo bastante más ácido, mientras que si el fruto está bien maduro será más dulce. 

Origen del tamarindo

Se estima que los orígenes de este árbol se retrotraen al año 400 a.C, aunque no hay datos precisos al respecto. Sin embargo, se estima que proviene de las sabanas de África tropical y que desde allí se ha distribuido por todo el continente africano. Diversas fuentes mencionan que su origen real se sitúa en la India, mientras otros lo ubican en Sudán, Kenia, Tanzania o Etiopía.

Lo cierto es que el tamarindo tomó fama gracias a los árabes, que fueron los primeros en tener conocimiento de las propiedades y beneficios de este árbol y su fruto. Son ellos quienes introdujeron el tamarindo en Asia y Europa durante la Edad Media.

Es que por sus propiedades alimenticias y su peculiar pulpa agridulce, se convirtió por aquel entonces en uno de los frutos con un gran poder digestivo más utilizados y consumidos de la época. Sin embargo, su extensión progresiva también se debe gracias a los españoles, que son quienes llevan el tamarindo a las Américas, y con ello su producción y consumo en todos los trópicos. 

Beneficios del tamarindo

Gracias a las características de la planta y a las propiedades que presenta, del tamarindo se obtienen numerosos beneficios, tanto para los ecosistemas como para la salud humana, veamos algunos de ellos.

Beneficios ecosistémicos

A continuación te mostramos cuáles son los beneficios ecosistémicos del tamarindo:

  • Mejora la fertilidad de los suelos.
  • Ayuda a recuperar suelos degradados.
  • Estabiliza bancos de arena.
  • Controla la erosión.
  • Se utiliza como barrera contra incendios y como rompevientos.

Beneficios medicinales

El tamarindo se utiliza para tratar:

  • Asma
  • Amenorrea
  • Enfermedades hepáticas
  • Ictericia
  • Hemorragias
  • Intoxicación alcohólica
  • Inflamaciones
  • Fiebre
  • Enfermedades reumáticas

Cómo tomar tamarindo

Como ya hemos mencionado, no solo se consume el fruto del tamarindo, sino también sus hojas, flores, semillas e incluso los tallos jóvenes. El tamarindo puede utilizarse por su sabor característico, para la elaboración de platos culinarios, o bien por sus compuestos bioactivos, para el beneficio de la salud.

Cada región o cultura ha incorporado distintas maneras de consumir el tamarindo, las formas más tradicionales son:

  • Infusión hecha con sus hojas o flores.
  • Jugo con la pulpa del fruto.
  • En condimentos.
  • En dulces.
  • En salsas.

Receta

Dulce de tamarindo

Ingredientes:

  •  1 kg de tamarindo
  •  1 l de agua
  •  3 tazas de azúcar blanco

Pasos a seguir:

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El primer paso para hacer estos dulces de tamarindo casero es retirar la carne del fruto de tamarindo. Para hacerlo, solo tienes que quitar la cáscara y retirar los hilos que recubren la pulpa. Cuando abras el fruto, retira las semillas que se encuentran en su interior y reserva la carne que recubría estas semillas que es lo que necesitarás para hacer los dulces.

Una vez hayas obtenido la carne del fruto, colócala en una olla, vierte el agua y ponla a calentar en el fuego a temperatura media. Observarás como el tamarindo empieza a deshacerse y es importante que no dejes de removerlo con una cuchara de madera para evitar que se queme o pegue.

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Seguidamente, agrega poco a poco dos tazas de azúcar blanco sin dejar de remover en ningún instante. Cuando veas que el fondo de la olla empieza a ser visible, será el momento de apagar el fuego y retirar la olla.

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Deja que la masa obtenida se enfríe un poco. Luego, vierte una taza de azúcar, aproximadamente, en un plato, ve formando bolitas de tamarindo con tus manos y cuando estén listas, revuélcalas por el azúcar hasta que queden bien impregnadas. ¡Así de sencillo! En unos minutos tendrás tus dulces de tamarindo listos para degustar.

Efectos secundarios del tamarindo

Aunque es una fruta altamente usada, existen una serie de contraindicaciones que deben seguirse ante su consumo humano para evitar efectos secundarios no deseados.

Se debe evitar el consumo de tamarindo si se están tomando medicamentos anticoagulantes, ya que esto puede disminuir aún más la presión arterial. Tampoco se recomienda su uso al llevar un tratamiento para la diabetes, ya que puede provocar hipoglucemia.

Es importante mencionar que si se está usando esta y cualquier otra planta como auxiliar ante un padecimiento, lo mejor es hacérselo saber al médico.

Contraindicaciones del tamarindo

Si bien no se han reportado sustancias tóxicas presentes en el tamarindo, su consumo en dosis elevadas podría acarrear efectos secundarios no deseados, es por ello que se recomienda evitar su consumo en los siguientes casos:

  • En caso de tomar medicamentos para la diabetes, porque al poseer propiedades antidiabéticas, juntos podría provocar hipoglucemia.
  • En caso de embarazo o lactancia, los ácidos presentes en el tamarindo podrían ocasionar problemas como acidez estomacal y leves irritaciones de la mucosa oral.
  • Su alto contenido de ácido tartárico también podría causar desgaste del esmalte dental.