La tecnología cambió con la creación de los microchips hacia los años sesenta. En la actualidad, estas plaquetas con circuitos integrados permiten guardar y compartir la información en todos los ámbitos. Son necesarios para establecer comunicación entre varias partes. Esto lo supo aprovechar la industria joyera, y no se quedó atrás empleándolo solo en sus diseños.

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Uno de los más fascinantes esbozos nació en la Universidad de Corea del Sur en el año 2014, cuando científicos de la Kaist; crearon un brazalete con material de vidrio y tecnología incorporada de una manera brillante. Este permite cargar por ejemplo, la bacteria de su celular; puesto que la energía la toma del calor humano, gracias a las placas de microchips.

“Esperamos que esta tecnología encuentre nuevas aplicaciones en sistemas como automóviles, fábricas y aviones; sectores en los que la abundante energía térmica se desperdicia”, comentó uno de sus fabricantes, ingeniero eléctrico y profesor, Byung Jin Cho.

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Por su parte, algunas de las joyas con tecnología microchips; nacieron para responder a la necesidad de la sociedad, en este caso, para mayor seguridad de los ciudadanos. En la India, cuatro jóvenes ingenieros crearon el collar “Safer”; compuesto por una joya preciosa que tiene en su interior un microchips conectado a “smartphones” y permite alertar a una aplicación, cualquier situación de peligro.

La gema es preciosa y con este valor agregado, se convierte en una prenda única dentro de los principios de la orfebrería. “A las jóvenes les encanta el diseño, pero la mejor reacción ha sido por parte de los padres; quienes se sienten más confiados”, comentó Paras Batra, director de ventas y marketing de “Leaf”, empresa comercializadora del artículo.

En detalle, la persona en situación de peligro tiene la posibilidad de presionar un botón ubicado en la parte trasera de la prenda; avisando a la lista de contactos que con anterioridad se configuró en la pieza. Ha tenido muchísima aceptación y se reconoce como un demandado “Wearable”; término referido a todos los dispositivos camuflados para monitorizar algunas funciones del cuerpo humano o en este caso, comunicarse con otros de manera rápida.

Asimismo, empresas de tecnologías estudian la peripecia de usar el material de los microchips para reemplazarlos por las piedras preciosas empleadas en las joyas. Trabajan en el “cultivo” de materiales derivados de los microchips, a disponer como gemas. Una acción que favorece el cuidado al ambiente, disminuyendo el impacto de la explotación de riquezas naturales y su posterior contrabando.

A la vez, aumenta la posibilidad de lucir una joya muy similar a las otras e incluso,  según los cálculos, su precio será menor. Una de las empresas que ya trabaja en diseños con derivados de los microchips es la americana “Diamond Foundry”, y uno de los inversionistas e investigador de Silicon Valey, Roscheisen; comentó en una entrevista internacional: “Los expertos en las joyerías y los gemólogos no pueden diferenciarlos”

ALFA